Hoy os traemos una receta básica, imprescindible para cualquier cocinero que de verdad disfrute de la cocina: la receta para preparar un buen fondo de verduras.
Saber preparar este tipo de fondos y caldos nos asegura tener la base preparada para un montón de elaboraciones que quedarán mucho más ricas y con más potencia de sabor.
Aunque podéis utilizar esta receta como una simple sopa a la que añadirle luego fideos, por ejemplo, también os servirá para preparar otras elaboraciones como risottos, guisos de carne o para una fideuá.
Ingredientes para 4 Personas
Lo primero que haremos será preparar todas las verduras para hacer el caldo. Empezamos pelando las cebollas, el puerro y los ajos.
También lavamos bien con agua las zanahorias, los tomates y el puerro para quitarle la tierra.
Le damos un corte a la mitad a los ajos y cortamos cada cebolla y cada tomate en 4 o 5 pedazos.
También cortamos el puerro, el apio y la zanahoria en 3 o 4 trozos.
Colocamos una olla al fuego y cubrimos el fondo con aceite de oliva.
Añadimos ahí el puerro, la cebolla y el ajo y dejamos que se doren durante unos 5 minutos.
Cuando haya pasado el tiempo añadimos también a la olla el apio, las zanahorias, los tomates y el perejil. Removemos.
Salpimentamos un poco todo el contenido de la olla y añadimos el litro y medio de agua.
Dejamos que hierva el agua y, una vez que haya empezado a hervir, contamos 20 minutos.
Una vez hayan pasado los 20 minutos, retiramos del fuego y dejamos templar el fondo antes de colarlo.
Y ya tendríamos listo un increíble y sabroso fondo de verduras que nos puede servir para darle un toque extra de sabor a cualquier otra elaboración con carne o pescado.
Una vez hecho, podéis aprovechar para congelarlo en tapers o en bolsas para hacer hielo (así conseguiréis minidosis listas para echar a cualquier plato) y así lo tendréis ya listo y preparado para cuando lo necesitéis.
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Consejo del día
Cuando hacemos croquetas, una vez que las tenemos ya empanadas por completo (después de pasarlas por harina, huevo y pan rallado o panko) es recomendable dejarlas al menos 40 o 50 minutos en el congelador para que después se frían mejor.
Igualmente, para evitar que se abran, es imprescindible freír las croquetas con el aceite muy caliente, de forma que se queden doradas en apenas un par de minutos.
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