Estos donuts caseros son la excusa perfecta para darnos ese caprichito de dulce que a veces nos ronda la cabeza.
Es cierto que este tipo de dulces no son la receta más sana del mundo, sin embargo, si la utilizamos de vez en cuando no habrá ningún problema en consumirla.
Eso sí, no la hagáis más de una vez al mes o cada dos meses porque aunque sea casera, al fin y al cabo, no deja de ser bollería con azúcar, por lo que debemos limitar su consumo.
Si no, otra opción que tenemos es reducir la cantidad de azúcar que lleva la receta que, aunque no sea demasiado, siempre se puede disminuir aún más para hacer la receta más sana.
Para hacer esta receta necesitamos tener la mantequilla que vamos a utilizar a temperatura ambiente, en textura de pomada. Para que esto sea posible, necesitamos sacar la mantequilla de la nevera, por lo menos, 5 o 6 horas antes de empezar con la elaboración.
El tiempo que la mantequilla debe pasar fuera de la nevera para alcanzar la textura de pomada dependerá directamente de la temperatura ambiente que haya en ese momento en vuestra casa. Por eso, durante el verano es posible que con estar un par de horas fuera sea suficiente y, en invierno, quizás tengamos que llegar a dejarla desde la noche anterior.
Ingredientes para 10 Unidades
Lo primero que haremos para preparar nuestros donuts caseros será poner el agua tibia junto con la leche en un vaso.
Añadimos ahí la levadura fresca y la deshacemos. Removemos con una cucharita hasta que la levadura se haya disuelto en los líquidos.
Por otra parte, en un bol, añadimos la harina, el azúcar, la mantequilla, el huevo y la sal.
Removemos con unas varillas eléctricas o con una lengua de silicona hasta que los ingredientes secos estén más o menos integrados.
A continuación, añadimos al bol el vaso con los líquidos y la levadura y empezamos a remover con las manos.
Amasamos bien durante unos 5 minutos y, si vemos que la masa todavía se sigue pegando al bol, corregimos añadiendo un poco de harina.
Cuando la masa se despegue por completo del bol y lo deje limpio, pasamos a amasar en la encimera. Debemos trabajar la masa, por lo menos, durante 8 o 10 minutos.
Una vez que veamos que la masa es flexible y está compacta, volvemos a meterla en el bol y la tapamos con un papel film o con un paño de algodon.
Dejamos que la masa repose, por lo menos, 2 horas hasta que haya duplicado su tamaño.
Después de este tiempo, sacamos la masa del bol, retiramos el aire que se haya formado dentro estirando la masa hacia arriba y volvemos a amasar sobre la encimera por un par de minutos. Con este segundo amasado intentamos eliminar todas las burbujas de aire que hayan podido quedar en el interior de la masa.
Después de estar amasando unos cinco minutos, le damos forma de bola a la masa y la estiramos con un rodillo.
Debemos conseguir una plancha de masa estirada de aproximadamente uno o dos centímetros de grosor.
Una vez la masa esté estirada y con el grosor indicado, pasamos a cortar los donuts. Podéis hacerlo con un cortapastas, con un bol pequeño o incluso con un cuchillo. Lo importante es conseguir una forma redonda con unos 12 centímetros de diámetro.
A continuación, una vez tengamos cortados nuestros donuts, pasamos a hacerle el agujero interior con la tapa de una botella o directamente con el cuchillo.
Dejamos reposar otra vez nuestros donuts durante 30 minutos, sobre la encimera con un poco de harina espolvoreada y tapados con un paño húmedo.
Una vez haya pasado este tiempo, ponemos a calentar abundante aceite para freír en una sartén mediana o grande y lo suficientemente honda. El aceite debe estar bastante caliente, de modo que cuando metamos los donuts en él, se formen burbujitas.
Vamos metiendo los donuts en el aceite caliente; en apenas uno o dos minutos estarán completamente dorados y es ahí cuando les daremos la vuelta con ayuda de una espumadera para que se doren por el otro lado.
Os aconsejo que, en este paso, estéis muy pendientes de los donuts mientras se fríen, ya que en apenas unos segundos pasan de estar dorados a quemarse. Para que no se os pasen, en cuanto veáis que están un poco dorados, aunque os parezca insuficiente, dadles la vuelta, porque acabarán cogiendo más color finalmente.
Finalmente, sacamos los donuts de la sartén y los colocamos en un plato sobre un papel absorbente, para que escurran el exceso de aceite. Dejamos enfriar un poco y... ¡Listos para comer!
Esta es una receta básica de donuts. A partir de aquí, podéis crear vuestros propios donuts personalizados, convirtiéndolos en un auténtico dulce con un poco de azúcar y canela por encima, elaborando un glaseado o bañándolos en chocolate negro.
Además, esta receta nos sirve también para hacer donuts que admiten rellenos salados, utilizándolos como si fueran un bagel, por ejemplo, de salmón o jamón serrano y queso crema.
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Consejo del día
Podéis reservar el resto de los ingredientes en un plato y hacer con ellos algún otro plato como, por ejemplo, croquetas de gallina.
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