Las croquetas son un plato típico de España, imprescindible para cualquier cena o comida de tapas y que, a veces, también nos puede solucionar una comida en casa. Si tenéis invitados y queréis sorprenderlos con unas croquetas especiales y muy fáciles de preparar hoy os presento estas maravillosas croquetas de boletus y queso parmesano.
Están buenísimas y son muy fáciles de hacer. Además, si tenéis la ocasión de comprar (o coger en el campo) boletus frescos, os daréis cuenta de que el sabor de estas croquetas es muy muy especial. Además, el queso parmesano combina a la perfección con cualquier seta, por lo que tendremos una pareja de 10 en la cocina.
Ingredientes para 4 Personas
Lo primero que debemos hacer es limpiar nuestros boletus frescos ayudándonos con un paño húmedo o un poco de papel absorbente de cocina.
Seguidamente, ponemos la cebolla en la picadora hasta que quede muy triturada. En una sartén con un poquito de aceite y la mantequilla, pochamos la cebolla junto con una pizca de sal.
Mientras se pocha la cebolla, metemos los boletus en la picadora y los picamos mucho. A mi personalmente, no me gusta encontrarme trozos grandes en las croquetas, por eso pico tanto los boletus; si preferís notar los trozos de setas, simplemente podéis picarlas a mano o darle menos fuerza a la picadora.
Una vez que la cebolla esté pochada, añadimos los boletus triturados a la sartén y sofreimos la mezcla durante unos minutillos. Después añadimos la harina (si podemos tamizarla, mejor) y la maizena. Reogamos todo y dejamos que se cocine dando vueltas, durante 5 minutos.
A continuación, vamos añadiendo la leche poquito a poquito. También es el momento de echarle el queso parmesano rallado, un poco de pimienta negra y una pizca de nuez moscada. Según vamos removiendo con una cuchara de madera, la masa irá espesando.
Tened en cuenta que la masa de las croquetas debe estar más bien espesa, para que después sea más fácil envolverlas y la masa no se desparrame.
Cuando la masa tenga la textura que queremos, la pasamos a un recipiente y lo tapamos con papel de plata o film transparente. Dejamos reposar la masa en la nevera al menos 12 horas. Si queréis hacer las croquetas para comerlas en el mismo día, podéis meterlas en el congelador por una media hora.
Cuando haya pasado el tiempo, sacamos la masa de la nevera. Con ayuda de una cuchara y de las manos, vamos sacando porciones de masa y dándoles forma. A mi como más me gustan son redondas.
Finalmente, podemos hacerle a nuestras croquetas el empanado tradicional: se pasan por harina, después por huevo y, por último, por pan rallado. También podéis modificar esta fórmula cambiando la harina por pan rallado o cambiando el pan rallado por panko, un envoltorio original y muy crujiente.
Lo único que nos queda es freír nuestras croquetas en aceite bien caliente. Cuando estén doraditas las sacamos del fuego y las ponemos sobre un papel absorbente.
Podéis acompañarlas de una ensalada sencilla, de tomate por ejemplo. ¡Y a disfrutarlas!
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Consejo del día
El truco para que una vichyssoise quede perfecta es dejarla reposar cuanto más tiempo mejor. Si queréis que todos los sabores se mezclen a la perfección debéis hacerla 24 horas antes y sacarla de la nevera un ratito antes de servirla para que se atempere.
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