El pastel de berenjena, jamón york y queso es un entrante excepcional para cualquier comida o cena. Es una forma diferente de comer berenjena, probablemente a la que no estemos acostumbrados y es muy fácil de hacer.
Además los ingredientes son baratos y los podemos conseguir en cualquier supermercado. Finalmente, otra de sus ventajas es que, una vez que lo preparas, se mete en el horno y nos olvidamos de tener que hacer nada más.
Ingredientes para 4 Personas
Lo primero que haremos será cortar las berenjenas para meterlas en el horno. Las cortamos en rodajas y, mientras tanto, ponemos el horno a precalentar.
Hornearemos las rodajas de berenjena unos 20 minutos a 180º.
A continuación, en una sartén hacemos la bechamel friendo 2 cucharadas de harina con mantequilla y aceite y espesando la salsa con leche.
Si es la primera vez que haces esta salsa puedes consultar en este post cómo hacer salsa bechamel.
En una fuente alta de barro o cristal, preparada para horno, echamos un poco de aceite o mantequilla para engrasarlo. No mucho porque si no quedará grasiento.
Empezamos a armar el pastel: una primera capa fina de salsa de tomate y una segunda de berenjena.
Colocamos las capas de jamón york y queso y finalizamos con un poco de bechamel.
Repetimos esta operación hasta que la fuente esté llena, teniendo en cuenta que la última capa debe de ser siempre de berenjena.
Culminamos con un poco de salsa de tomate y bechamel y espolvoreamos queso rallado para gratinar.
Metemos el pastel en el horno a 180º durante unos 15 minutos, hasta que el queso esté bien doradito. Lo sacamos, emplatamos y ¡a comer!
Lo sacamos, emplatamos y ¡a comer!
Compartelo con tus amigos!!
Comentarios
Recetas de Interés
Agregar a favoritos
Si agregas las recetas a favoritas podrás verlas siempre que quieras tenerlas siempre a mano.
Consejo del día
Para que el bizcocho quede lo más plano posible para después colocar el frosting por encima y que quede distribuido uniformemente, al poner el bizcocho a enfriar colocaremos por encima de este el papel de aluminio que utilizamos para taparlo en el horno.
Por encima del papel de alumino colocaremos un plato llano y algún objeto que ejerza algo de peso por encima, como un bote pequeño de tomate o cualquier cosa que no pese más de unos 300 gramos.
Así, cuando el bizocho haya enfriado toda la parte de arriba estará más o menos lisa para colocar el frosting.
Mejores Recetas