La ensalada de nueces, peladillo y queso gorgonzola es un plato muy divertido y original, que os hará quedar como auténticos reyes de la cocina cuando hagáis alguna cena o comida en casa.
Si vuestros invitados son fanáticos de las ensaladas, ésta en concreto los enamorará sin duda. Es una receta muy fresca, poco pesada y que sirve perfectamente como entrante antes de un buen guiso de carne o de un pescado al horno.
Además, como siempre con las ensaladas, podéis hacer las variaciones que más os gusten, aunque yo os recomiendo que, al menos la primera vez, disfrutéis de esta ensalada con su receta original.
Ingredientes para 4 Personas
Lo primero que haremos para preparar esta receta es lavar bien la lechuga. Quitamos las impurezas que traiga y secamos las hojas para quitar el exceso de agua.
Picamos la lechuga de la forma que más nos guste sobre una fuente y reservamos.
A continuación, picamos el queso gorgonzola. A mí me gusta mucho cortarlo en cuadraditos pero, como la lechuga, podéis picarlo como más os apetezca. Añadimos el queso a la fuente con la lechuga y reservamos de nuevo.
Para seguir, le damos unos golpes a las nueces, para que no queden enteras. Es mejor que el toque crujiente que le dan las nueces sea algo ligero, por eso no las dejaremos enteras. Añadimos a la fuente y volvemos a reservar.
Antes de dedicarnos al peladillo debemos aliñar nuestra ensalada. Primero con un poco de sal, después el vinagre blanco y, por último, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Removemos y dejamos la ensalada así, a la espera del peladillo.
Finalmente, pelamos el peladillo y lo cortamos en gajos, de arriba a abajo. Lo colocamos en la fuente de forma dinámica para que también decore un poco el plato.
La última cosa que debemos hacer es echar unas gotitas de crema de vinagre de Módena encima de peladillo, para que el contraste de colores decore también el plato. ¡Y a comer!
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Consejo del día
El agua de la cocción que os haya sobrado podéis guardarla en un taper o en bolsitas especiales para hacer hielo, ya que así podéis tener siempre a mano vuestras pastillas de caldo totalmente caseras para añadirlas a cualquier elaboración que hagáis más adelante.
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