La salsa barbacoa es el complemento ideal para carnes como el pollo, el lomo de cerdo o el costillar de ternera. También se puede utilizar como acompañamiento para patatas fritas o aperitivos tipo nachos.
Su base es el tomate acompañado de vinagre y algunas especias, aunque hoy haremos una salsa un poco diferente, añadiéndole una pizca de miel. Si no os gusta, podéis hacerla sin este ingrediente perfectamente.
Lo bueno de esta salsa es que podemos darle varios matices a su sabor, por ejemplo, introduciendo toques ahumados o haciéndola un poco picante.
Ingredientes
El primer paso sería pelar y limpiar la cebolla y los pimientos y pasarlos por la picadora, para que no queden trozos grandes.
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sofreímos los pimientos y la cebolla durante 5 minutos; incorporamos el ajo muy picado también y freímos unos 8 minutos más.
Cuando estén bien pochados los ingredientes, esperamos a que enfríen y reservamos.
En un bol, colocamos la cucharada de salsa de tomate, el ketchup, y las dos cucharaditas de miel.
Diluimos la sal y el azúcar en un poquito de agua (muy poquita) y lo añadimos al bol.
Cuando las verduras hayan enfriado, las incorporamos a nuestro bol.
En el bol añadimos la media cucharadita de pimentón, la pimienta negra molida y el tabasco.
Removemos todo bien para que los sabores se mezclen y dejamos reposar durante 10 minutos.
Antes de terminar nuestra salsa, la pasamos por un pasapurés o por la batidora, para conseguir una textura más fina.
Servimos en un bol, probamos la salsa y rectificamos alguno de los ingredientes si es necesario.
Esta receta es ideal para acompañar a vuestras barbacoas, o para poner como complemento a alguna carne. También podemos utilizarla junto a unas simples patatas fritas de bolsa, os aseguro que quedarán mucho más originales si las acompañáis de esta salsa. ¡A disfrutarla!
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Consejo del día
Después de haber incorporado el agua a la paellera es muy importante que no volvamos a remover el arroz, ya que si no se pasará y no quedará suelto.
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